Como sabemos, la abogacía es una profesión muy amplia que, si bien se basa en los mismos principios y estructuras, se divide en muchas ramas y especializaciones. Distinguimos entre la rama del Derecho Público al Administrativo, Constitucional, Penal, Procesal, Laboral y Tributario mientras que, el Derecho Privado comprende al Civil y al Comercial. Teniendo en cuenta el Derecho Comercial veremos en detalle las tareas de un profesional que se desarrolla en aquel ámbito.
El abogado comercial, también conocido como abogado mercantil, se especializa en asesorar a sus clientes en las distintas regulaciones de actividades comerciales y sus relaciones jurídicas. Es decir, en actos de comercio. Es el encargado de asesorar a un individuo o empresa en sus negocios y de realizar los trámites jurídicos necesarios según el código de comercio y las normativas vigentes del país.
Los abogados que se desempeñan en esta rama del derecho deben resolver correctamente los conflictos que surjan de distintas actividades empresariales y regular relaciones entre particulares. Algunas de sus tareas son la asesoría en juicios que se realicen ante los tribunales y en los arbitrajes privados, la tramitación de documentos como actas y contratos necesarias para que el cliente pueda desarrollarse sin inconvenientes en su actividad comercial, la redacción de documentos constitutivos y estatutos de la empresa ordenando la forma y estructura conveniente para cada caso en particular y la asesoría en la constitución de nuevas compañías como el registro de nombre, por ejemplo.
Además, los abogados mercantiles trabajan la refinanciación de deudas y acuerdos de pago, la verificación de créditos, la búsqueda de activos, protocolos familiares, realización de contratos y defensa al consumidor.
La experiencia y los contactos con los que cuente el abogado con el que queramos trabajar serán la clave a la hora de elegirlo. Si bien sus tareas parecen ser, por así decirlo, “de manual” en su trabajo repercute mucho su conocimiento y desenvoltura.