Los abogados son profesionales del Derecho que se dedican a brindar asesoría jurídica a un individuo, empresa o grupo y a defenderlo en procesos judiciales. Ellos son los encargados de ordenar información, realizar los trámites pertinentes, participar en negociaciones y acuerdos, estudiar detalladamente todos los posibles escenarios y acompañar a su cliente durante todo el caso que esté en curso.
Sabemos que los abogados están disponibles casi las 24 horas del día para sus clientes ya que las causas deben seguirse de cerca y, ante cualquier necesidad o altercado, deberán responder y actuar rápidamente. Es por esto que, en la actualidad, la abogacía se considera una de las profesiones más estresantes. Implica un riesgo psicosocial generado por el mismo estrés y otros factores que atraviesan día a día la profesión.
Como mencionamos anteriormente, al estar disponible casi todo el día para sus clientes, la jornada laboral de un abogado no cuenta con una duración fija sino que es más bien variable y presenta muchas alteraciones. El número de casos que esté llevando a cabo al mismo tiempo también influirá y afectará directamente en sus pausas y tiempos de descanso, por ejemplo.
Al tener en cuenta que los abogados dependen de la cantidad de clientes con los que estén trabajando, el exceso o falta de trabajo puede producir trastornos en el profesional. Si hay muchos casos por seguir a la vez se producirá un estrés por el desborde que esto genera y si se está en una época con poco trabajo también se producirá estrés por falta del mismo.
Algunos de los riesgos que causa esta profesión en sus trabajadores aparte de la ansiedad son la depresión, las somatizaciones, el insomnio, el uso de sustancias psicoactivas y alteraciones vasculares, entre otros. Demás está decir que, a todos estos síntomas se le debe sumar las complicaciones que la carrera podría implicar en la vida personal ya que las relaciones interpersonales también se ven afectadas y, muchas veces, derivarán en un aislamiento social.
Para evitar estos riesgos e inconvenientes es recomendable ordenar el trabajo y hacer lo posible para separarlo de la vida personal. En primer lugar, se deberá elegir con cuidado la cartera de clientes teniendo en cuenta cada caso en particular para poder trabajar con quien se desee y en un caso que sea de su agrado. Por otro lado, se deberá establecer un control en el tiempo trabajado controlando las horas que pasamos con cada caso, respetando los descansos necesarios y el período de vacaciones.
Por último, hay que aprender a decir que no. Resignar casos o pedir colaboración no habla de debilidad en el profesional sino de responsabilidad. De esta manera todo nuestro esfuerzo estará enfocado correctamente y el trabajo no generará desbordes mentales y físicos.